entrenamiento mental

el ojo ve lo que la mente entiende y percibe.

El entrenamiento mental es imprescindible para un buen funcionamiento mental y personal. La mente es el procesador de datos y la parte que programa nuestra realidad según nuestra comprensión y habilidades de lo que percibimos. Recordamos que el ojo ve lo que la mente entiende y percibe, esto significa que nuestra realidad está basada en nuestros conocimientos y habilidades actuales. No vemos las cosas, personas y situaciones como son, los vemos como somos nosotros. Cuanto menos sabemos y menos capacidades tenemos más reducida es nuestra comprensión y realidad. Por esta razón, si queremos expandir y mejorar nuestra realidad la forma sin duda es un entrenamiento mental teórico y práctico diario. Es muy beneficioso y necesario para un funcionamiento correcto y favorable de nuestra mente. Un entrenamiento claro para saber mantener el orden, limpieza de datos deseados y no deseados, ampliación de datos (conocimientos) y clasificación de situaciones y experiencias aumenta directamente nuestra comprensión y habilidades, y por lo tanto nuestra percepción y bienestar general.

La mente es como un músculo, cuanto más se entrena cuanto más fuerza y capacidades desarrolla. Al principio puede costar, incluso padecer por las agujetas mentales, pero siendo consciente de que es el proceso para poder crecer alivia y nos ayuda seguir con el entrenamiento. No olvidemos alimentar nuestra mente de la forma más óptima para un mejor entrenamiento y resultado. Los entrenamientos mentales recomendables son: 

  • Leer y aprender algo nuevo todos los días.

  • Ser consciente de nuestros pensamientos. Estar pendiente, revisar y ordenar los pensamientos. Elegir conscientemente cuáles son los pensamientos que queremos quedar porque nos aporta un bien, y cuales son los pensamientos que no queremos porque nos aportan un mal.

  • Ser consciente de nuestro nivel de comprensión. La falta de comprensión de cosas, personas y situaciones suele provocar una reacción de emociones negativas. Pueden ser personas que nos hacen sentir mal, situaciones que nos frustran o cosas que rechazamos. Pues el obstáculo de esto no son ni las personas, cosas o situaciones, sino nuestra propia falta de comprensión. Esta práctica es muy poderosa pero implica también mucha valentía porque  es necesario aceptar que el mal que sentimos no es por lo exterior sino por la falta de comprensión interior de mí mismo. Una vez que comenzamos a aumentar nuestro nivel de comprensión nos daremos cuenta de que es como un superpoder que nos permite mantener el equilibrio personal independientemente de quien está en nuestro exterior y lo que sucede allí. Para facilitar la práctica hay que comenzar a identificar las situaciones que no entendemos. Los podemos identificar detectando momentos impulsivos o a través de la reacción de emociones negativas no controladas. Una vez detectado podemos utilizar nuestro observador para dar un paso atrás y observar lo que percibimos exterior de nosotros y dentro de nosotros también. Ya clasificados los datos que percibimos, comprendemos y no comprendemos podemos hacer la pregunta ¿qué es lo que me hace sentir mal? Una vez detectado esto podemos buscar más información para dar más comprensión sobre el asunto.

  • No juzgar y criticar. Juzgar y criticar es la evidencia de la falta de comprensión y un Ego descontrolado. Para un buen funcionamiento y bienestar mental y general es imprescindible eliminar el juzgamiento y la crítica descontrolada. Juzgar y criticar se puede utilizar en momentos puntuales como por ejemplo en una creación dónde hace falta la vista crítica para poder aumentar la calidad de la creación. O bien para revisar  un momento conflictivo dónde por ejemplo echamos automáticamente la culpa del exterior en vez de entrar y entender desde nuestro interior. En este caso podemos utilizar el juzgamiento y crítica en modo moderado para observar nuestro interior con la intención de detectar el caso para poder aumentar la comprensión.

  • Ser consciente de nuestro YO que dirige la mente. La mente debe ser administrada por el YO que decide cuándo y cómo debe ser utilizado en cada momento. Practicar para desarrollar el YO es muy importante. 

  • Silencio mental. Cuando el YO no ha decidido utilizar la mente, la mente debe estar en silencio. El ruido mental es señal de falta de dominio de la mente. Practicar el silencio mental es tremendamente importante no solo por la paz mental sino por el gasto de energía. El cerebro y la mente son las partes que más energía gasta, si utilizamos la mente continuamente en un movimiento mental no productivo perdemos esa energía provocando cansancio en nosotros como por ejemplo agotamiento mental, emocional, físico o sexual. Podemos utilizar el truco de acudir a nuestra mente reptil. Es la parte más básica de nuestra mente, en esta parte no existe la parte emocional ni la parte lógica o creativa. Es un estado neutral dónde solo existimos. Podemos imaginarnos a una tortuga que nada en el mar, no siente, no piensa solo existe.

  • Silencio verbal practicando el valor y calidad de la palabra. El habla al ser percibido por el sentido escuchar nos puede ayudar darnos cuenta de nuestro dominio mental. Aquí igual que en los demás casos de dominio mental, lo que hablamos también debe ser dominado por el YO que debe elegir utilizar el habla con una intención clara. El hablar dedicado para hacer daño a los demás es una señal de falta de comprensión y dominio mental. Es un excelente detector para darnos cuenta que podemos revisar y desarrollar en nosotros mismos. 

  • Salir de la zona de confort. Estar en la zona de confort implica estar rodeado de lo conocido, algo que a la mente le encanta. La mente es tremendamente floja y perezosa, si lo dejamos sin la administración del YO, la mente no sale de su zona de confort hasta que no se ve obligada a moverse para evitar algún tipo de sufrimiento o mal mayor. Por eso el sufrimiento es algo positivo si se utiliza bien. El sufrimiento da movimiento y obliga a la mente salir de su zona de confort y buscar nuevas vías, fórmulas y estrategías de pensar y programar una nueva realidad como escape del malestar. El sufrimiento provoca la ampliación del campo mental aumentando la percepción y la comprensión personal y general, sobre todo si nos hacemos conscientes del proceso. Si no puede generar un gran atasco que puede llevar a bloqueos emocionales grandes. También se puede salir de la zona de confort sin pasar por el sufrimiento no controlado utilizando el YO. El YO debe dirigir la mente a hacer, aprender o intentar percibir algo que está fuera de la zona de confort, y la mente debe responder. Un ejemplo puede ser ir a entrenar. Es un ejemplo sencillo y fácil de detectar. Es muy normal cuando el YO dice a la mente que es hora de ordenar el cuerpo físico a hacer un entrenamiento físico que se pone a poner excusas de todo tipo por pereza o por lo floja que es la mente. No es el cuerpo que no quiere hacer entrenamiento físico, es la mente que está más cómoda tirada en el sofá sin hacer nada. Si la mente empieza a poner excusas y resistirse a lo que le ha dirigido el YO es señal de falta de dominio mental. También suele pasar cuando queremos salir de algún patrón, como por ejemplo dejar de comer una cosa, cambiar nuestra alimentación, levantarnos por la mañana, limpiar la casa etc. La mente se suele resistir, es dónde podemos practicar el dominio mental obligándolo a salir de la zona de confort. 

  • Estar en el presente. Hay que entrenar para mantener nuestra mente conscientemente en el presente. La mente no debe estar perdida y ausente en el pasado o en el futuro. Debe estar en el presente recopilando datos e impresiones que preferiblemente nos aporten algo constructivo y un bien. Si nos damos cuenta de que nuestra mente se va al pasado o al futuro paremos el pensamiento y lo traemos al presente. Un truco para anclar la mente en el presente para evitar que se escape al pasado o al futuro es utilizar los 5 sentidos. Anclamos la mente en el presente al observar nuestro exterior con los 5 sentidos haciendo preguntas como ¿Qué veo?, ¿Qué escucho?, ¿Qué huelo?, ¿Qué siento? etc. Al hacer esto nos damos cuenta de que vamos en una nube mental que nos evita percibir el cielo azul, el sol calentando, los pájaros cantando y el olor de las flores.

Al añadir la rutina de un pequeño entrenamiento mental orientado a la comprensión personal y general a diario conseguiremos ampliar nuestra visión y percepción gracias de adquirir nuevos conocimientos y habilidades. Es un proceso continuo que dura toda la vida. Lo bueno es que cuando comenzamos a ver como nuestra visón y percepción se va ampliando se convierte casi en algo adictivo. Comenzamos a darnos cuenta de que solo se que no se nada, tal como dijo Socrates. El proceso es comparable a pasar de una habitación a otra, cada nueva habitación tiene una nueva puerta. Cada vez que hemos aprendido a comprender la habitación donde estamos vamos y abrimos la siguiente puerta y nos encontramos con un nuevo mundo que ni sabíamos que existía y así en un proceso constante. Genera una sensación única, por un lado como si tenemos un mundo por descubrir pero por otro lado un mundo ya descubierto que ha abierto nuestra consciencia y humildad que no solo aporta un bien directo a nosotros mismos pero también para los que nos rodean y el colectivo en general. El día que los humanos comienzan a dar importancia al entrenamiento y comprensión mental se convertirá el mundo en un sitio mejor.